- Más de tres millones de alumnos confían en la educación católica que sigue siendo una gran desconocida y socialmente poco reconocida. Antes del congreso del 24 de febrero que celebra la CEE, explican las claves para ser parte de la misión educativa.
- UCIPE celebra el I Aula formativa en torno a la educación y la Iglesia. La cita online ha permitido compartir, en esta sesión con informadores y periodistas, los retos de la Iglesia en la educación.
Madrid, 18 de enero de 2024
El moderador, Carlos Esteban, director del Observatorio de la Religión en la Escuela, comenzó aportando datos sobre la presencia de la Iglesia en el sector educativo en España, que atiende a más de tres millones de estudiantes y donde trabajan decenas de miles de profesores y personal de administración y servicios, de los que el 97% son laicos. También se recordó que se atiende a 80.000 alumnos inmigrantes, 12.000 de educación especial en 423 centros especializados; 311 de los más de 2500 colegios católicos son diocesanos. La obra de la Iglesia tiene un volumen a menudo desconocido con una gran labor también poco reconocida.
El presidente de la Comisión Episcopal de Educación y Cultura, monseñor Carrasco Rouco, habló en primer lugar del Congreso que se celebrará el 24 de febrero en Madrid, al que están llamados miles de protagonistas, alumnos, profesores, etc. El congreso es diálogo y participación porque la Iglesia percibe que hay un gran debate educativo en el que tiene que estar y al que tiene que contribuir, reafirmando su libertad y su capacidad de educación. Los papas Benedicto XVI y Francisco, han tenido una gran preocupación por la educación, impulsando este último el pacto educativo global desde Roma.
Antonio Roura, cree que el congreso es un primer paso de “encontrarnos para reconocernos”. Ha puesto el foco sobre la realidad de que las políticas educativas estén dentro de indicaciones supranacionales que condicionan las leyes de los gobiernos de turno. Los políticos son conscientes de que esta tarea está condicionada por organizaciones internacionales como, por ejemplo, la Unión Europea o la UNESCO. Las propuestas ya no pueden ser solo técnicas, sino humanísticas y en este marco, la Iglesia no puede ser indiferente. Hay una visión global de esta cuestión, que no se basa solo en ideas, sino en las personas.
Escuela y familia
Por otro lado, el presidente de la Comisión, señaló que la educación es una riqueza de cada sociedad y de las familias. El Estado tiene un papel que desempeñar, pero no como sujeto educativo. Su función es subsidiaria, ya que la educación es un bien lo suficientemente importante como para que nos preocupemos todos y no solo el Estado de ella. Es evidente que, en las sociedades democráticas, el Estado tiene que poner los medios para que todo el mundo pueda acceder a la educación, pero sin pretender imponer una ideología propia. En ese contexto, la Iglesia pretende educar y tiene el derecho a hacerlo, porque, al fin y al cabo, es un pueblo, es el pueblo de Dios. La educación pública tiene que fomentar, según monseñor, una escuela abierta e inclusiva, desde la libertad porque es la escuela de todos, la Iglesia tiene derecho a tener una presencia.
Un aspecto interesante resaltado por Roura, es la inquietud de las familias con respecto a las escuelas y la educación; quieren que se garantice la calidad de la formación, a menudo, dejando a un lado valores relevantes. Hay que capacitar a los estudiantes, pero no solo con criterios de empleabilidad, sino yendo mucho más allá. Las escuelas no son meras agencias de colocación. Añadió en este sentido monseñor Carrasco que, precisamente, las empresas buscan hoy en día personas formadas de forma integral y no solo técnicamente. Para ello es necesario cuidar a las personas, a los estudiantes, atenderlos huyendo de cualquier tentación mercantilista.
Desafíos para la educación
Los desafíos para la educación católica según estos expertos, a pesar de la complejidad de hacer previsiones, pasan por hacer conciencia de que, por cuestiones demográficas, se producirá una reducción del número de estudiantes en los próximos años, con las dificultades que lleva aparejada. En ese contexto, creen que hay que seguir insistiendo en la grandeza y la bondad de la propuesta educativa de la Iglesia.
La labor de la Iglesia en la educación es una gran desconocida. Detrás hay muchas historias interesantes para llegar al gran público a través de los medios generalistas. Para ello la Comisión pide el apoyo de periodistas y comunicadores en la verdad del Evangelio. Uno de los retos para los comunicadores que nos ha dejado esta charla encima de la mesa en la que han participado socios y amigos de UCIPE como encuentro preparatorio para el congreso de febrero.
El presidente José María Legorburu, ha anunciado al término de la charla la próxima cita del Aula UCIPE, el próximo 21 de marzo con el tema “Convivencia y diálogo social”, con Jesús Avezuela, letrado del Consejo de Estado y director de la Fundación Pablo VI, María Rey, periodista de Telemadrid y presidenta de la APM y moderada por la periodista Sandra Várez, miembro de UCIPE.
