Testimonio

La ambición de la UCIP-E

La ambición de la UCIP-E

La Unión Católica de Informadores y Periodistas de España se constituyó en Madrid en abril de 1984, a la sombra de la Unión Católica Internacional de la Prensa, con sede en Ginebra, y a impulsos del obispo de Badajoz, monseñor Antonio Montero que en esos momentos era presidente de la Secretaría de Comunicación de la Conferencia Episcopal.

Como periodista y católico, no dudé en incorporarme a esta atípica Asociación “confesional, privada y profesional” que nació reconocida canónicamente por la Conferencia Episcopal Española, atraído por el objetivo señalado en sus Estatutos: la defensa de las libertades, en especial la de opinión y expresión, en un contexto democrático novedoso en España y en el cual empezaba a manifestarse una abierta actitud ofensiva hacía la Iglesia. Por ello, la confesionalidad de los miembros asociados, expresada en la coherencia de la fe y el ejercicio de la profesión, la consideré un elemento básico para la construcción de la convivencia en una sociedad infiltrada por ideologías discrepantes y nostalgias del pasado.

Personalmente, además, estaba ya “tocado” por las palabras que el Papa Juan Pablo II dirigió a los directores de los medios informativos durante su visita a España en 1982 -yo entonces era director del diario “Pueblo”- en las que afirmó que si bien es difícil una objetividad completa y total en las informaciones, “no lo es la lucha por dar con la verdad, la decisión de proponer la verdad, la actitud de ser incorruptible ante la verdad…” .De algún modo, estas palabras se recogen en los Estatutos de nuestra asociación en los que se contrae el compromiso de promover y defender el derecho a una información veraz, íntegra y libre, así como comparecer en la vida pública en defensa de su ideario cuando las circunstancias lo aconsejen.

En estos años he participado activamente en las actividades de la UCIP-E, como simple socio y como directivo. Una de las iniciativas tomadas en ese período, con el tesón y el entusiasmo del que durante largo tiempo fue el Secretario General, el ya fallecido Vicente Alejandro Guillamón y los consejos de nuestro consiliario, el P. José Luis Gago cuyo proceso de canonización está en trámite, fue la elaboración de una radiografía de la profesión periodística desde una perspectiva confesional, mediante una amplia encuesta realizada por el Instituto de Ciencias Sociológicas. El resultado mostró una amplia diversidad de actitudes ante la información religiosa -los obispos hablan poco, los obispos hablan mucho…- y una coincidencia: la necesidad de una mayor apertura informativa de la Conferencia Episcopal, ya plenamente lograda..

Ahora que se ha renovado la Junta Directiva y se trata de dar un nuevo impulso a nuestra Asociación, desligada ya de su matriz e incorporada a “Signis”, es más que oportuno insistir en su tarea de promover la libertad y la verdad en el marco de la Constitución y sin olvidar su carácter dialogante en el ámbito de la profesión periodística. Ese objetivo es acaso más necesario que nunca ante las influencias ideológicas que muestran los medios de comunicación, especialmente los de carácter público, y la proliferación de las redes sociales, en medio de una sociedad amenazada por el desconocimiento de la verdad so pretexto de una supuesta libertad que desfigura la realidad misma.

 

Manuel Cruz

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